(C) 2003 Cooperación Internacional en Tecnologías Avanzadas (C.I.T.A.) SL, at Internet http://www.cita.es
y (C) 2003 Miguel Angel Gallardo Ortiz, RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS (RAZONABLES)
Esta página puede modificarse en cualquier momento . Se agradecerán los enlaces a http://www.cita.es/plagio

Nota importante: Hemos profesionalizado el servicio de peritación de plagios como puede verse en http://www.cita.es/plagiado
Referencias de otros casos en http://www.cita.es/plagiadores


Peritación de un presunto plagio
por Miguel Ángel Gallardo Ortiz (20-IX-2003)
Antecedentes

El 16 de septiembre de 2003 los medios de comunicación se hacen eco de las noticias "La Audiencia de Barcelona rechaza que Camilo José Cela plagiara a Carmen Formoso" (EUROPA PRESS) y "Planeta demanda a quienes acusan a Cela de plagiar una novela" (EL PERIODICO), por lo que parece, mediante una querella criminal por injurias en la que ahora se imputa a Carmen Formoso Lapido y a su hijo, Jesús Díaz Formoso (abogado).

Desde la convicción de que el imputado siempre merece mayor crédito y más atención que el acusador, yo localizo (no sin ciertas dificultades) el teléfono de Jesús Díaz Formoso y mantengo una primera conversación con él solicitándole los dictámenes periciales de los catedráticos Sergio Beser y Luis Izquierdo, y cuanto me pueda documentar sobre el conflicto. Jesús Díaz Formoso me envía por fax ambos dictámenes y por mensajero un ejemplar de la obra original "CARMEN, CARMELA, CARMIÑA (FLUORESCENCIA) ", que agradezco, cuyo prólogo narra las incidencias judiciales con buena parte de la argumentación para evidenciar el presunto plagio de la obra "LA CRUZ DE SAN ANDRÉS" firmada por el premio Nobel de Literatura Camilo José Cela que así obtuvo el premio Planeta en 1994.

Planteamiento(s) y fundamentación (meta)pericial

Antes de hacer un dictamen pericial, hay que clarificar al máximo su proposición. Hasta donde yo sé, nadie ha pedido expresamente una prueba pericial adecuada porque los documentos firmados por los catedráticos Sergio Beser y Luis Izquierdo (este último lo titula "Balance de dos novelas"), en mi modesta opinión, NO ESTÁN CORRECTAMENTE PLANTEADOS EN TÉRMINOS PERICIALES, dicho sea sin ningún ánimo de ofender ni a los autores, ni a las partes legítimamente más interesadas.

El planteamiento que aquí y ahora se propone basándose en una estructura dialéctica diferencia ciertos "considerandos" o hechos incontrovertibles de preguntas precisas sobre la controversia. La historia y la trascendencia de este asunto bien merece un esfuerzo intelectual para plantear un método con pretensiones de validez más general que la estrictamente aplicable al caso, en un intento de proponer, y hacer más objetiva la prueba pericial de cualquier presunto plagio literario.

Desde hace mucho tiempo, como perito en varias docenas de asuntos judiciales, he venido manifestando mi creciente preocupación por la calidad de los dictámenes desde su primera proposición como prueba, porque ciertamente son muy pocos los peritajes que he conocido correctamente planteados, y es más la experiencia negativa de lo que no se debe hacer con un experto en un juzgado, lo que me hace ver con mayor claridad cómo debería de plantearse un peritaje en este caso, nada menos que sobre la originalidad, o el presunto plagio, de una de las últimas obras de un Premio Nobel de literatura.

Pero además, todo lo publicado sobre el caso merece también una consideración, que ha de empezar por distinguir lo que se refiere a los textos directamente, de lo que se dice sobre lo que se dice y más aún de lo que se dice de lo que puede decirse de lo que podría haberse dicho, incluyendo en este último apartado toda la historia procesal de las acusaciones cruzadas y refutaciones entre autores, peritos, periodistas y editores.

En este sentido, hay que citar literalmente una manifestación de Jesús Díaz Formoso en la pág. XXXIX del prólogo:

En los delitos contra la Propiedad Intelectual, posee singular trascendencia la prueba "pericial", el informe de un técnico en literatura que ilustre al juzgador en la apreciación de los hechos enjuiciados, en cuanto su comprensión requiere una adecuada preparación y uno (sic) conocimientos específicos de las técnicas literarias, de los que, en general, carecen los jueces.
Sin embargo, al tener presente el grave riesgo que entrañaría la elección de un perito que pudiere emitir su dictamen para ser presentado por la representación procesal de Carmen Formoso, riesgo motivado por la importancia de las presiones sobre cualquier persona dedicada a la Literatura, en cuanto escritor o aspirante a escritor, implicado de cualquier manera en el sector editorial, aún a titulo (sic) de mero informador, han de poder ejercer, tanto la editorial querellada y todo el entramado empresarial a ella ligado, que constituye en mayor grupo ediorial Europeo, como el Premio Nobel de Literatura querellado, se tomó la decisión de renunciar a este elemento probatorio.

Es posible que la representación procesal de Carmen Formoso esté en lo cierto, y está en su perfecto derecho de haber tomado esa decisión, como también lo está de cambiar de estrategia en cualquier momento y designar un perito capaz de resistir, e incluso de denunciar, cualquier presión que pueda hacerse sobre él, o sobre ella. Pero parece más probable que no se haya buscado lo suficiente a quien no quiera ni admita ser influido más que por la verdad, o por distintas verdades que puedan enriquecer la crítica literaria. Desde esta perspectiva, lo ocurrido no es, y no puede ser considerado completamente catastrófico para nadie, porque hasta la más desconsiderada víctima de un plagio experimenta cierta satisfacción cuando se descubre, y hay cierta compensación en la prueba que nadie mejor que la víctima del plagio puede realizar, aunque nunca lo haga de manera imparcial.

Lo cierto es que al no haber un dictamen pericial propuesto y aportado por Carmen Formoso, o por su abogado, resulta difícil someter las pruebas equilibradamente a la crítica metapericial, y antes habría que hacer un esfuerzo de interpretación bastante asimétrico, desequilibrado y tal vez desequilibrante, de los textos con las acusaciones, indicaciones y alegaciones con numerosas citas y "referencias intertextuales". Pero este mismo esfuerzo hace más fuerte la convicción de que el estudio de un presunto plagio, y de cualquier presunto plagio, merece la pena, y que forma parte de la cultura más elevada la inteligente comprensión de la historia y de las historias de los plagios, sus posibles clasificaciones, transformaciones, evoluciones, sublimaciones, y los medios de detección, prueba e incluso de medida de la cantidad y de la calidad de lo plagiado, lo transformado y sublimado, y lo relativamente original en cada caso. Dicho por pasiva, no puede saborearse plenamente lo original, si no se comprende lo transformado, y la transformación.

En este caso, la reconstrucción de los hechos tiene como primer objetivo averiguar o "inferir" (verbo difícil y pretencioso por su inducción lógica que se opone al más habitual "deducir", del que se distingue, precisamente, por mayor su dificultad probatoria) por qué manos y sobre todo, por qué ojos y por qué mentes pasó el manuscrito original de "CARMEN, CARMELA, CARMIÑA (FLUORESCENCIA)", si entre ellas estuvo la de Camilo José Cela, las de sus más directos colaboradores, y cómo fue considerado y utilizado en la presunta inspiración de "LA CRUZ DE SAN ANDRÉS ", siendo críticos también hacia las acusaciones cruzadas, alegaciones o medios de prueba de ambas partes, y por último, si fue lícito o no todo ello, o con más precisión, nos acaberemos preguntando: ¿qué es lo que no ha sido lícito de todo ello?

El drama de la acusación, y de ésta en especial, es que, cuando no es incontrovertiblemente cierta, o incluso cuando no es absolutamente precisa, origina toda una reacción turbulenta de acusaciones directas e indirectas, subsidiarias, contrarias y subcontrarias como sin duda reconocerán las partes en conflicto, así como los observadores más neutrales del fenómeno. En este caso, no sólo los intereses, sino también los sentimientos, emociones, orgullos, agravios, heridas y pasiones de todo tipo enrarecen más aún cualquier análisis literario o pericial. Y sólo el rigor, y la pasión por el rigor, puede resistir tal enrarecimiento, empezando por la formulación de las preguntas más adecuadas al caso.

Posicionamiento, justificación y referencias

Antes de atreverse a juzgar, hay que juzgarse, y por lo tanto, antes de atreverse a peritar una obra ajena, se ha de probar que se ha sido suficientemente crítico con uno mismo. Yo debo de confesar que he plagiado mucho más de cuanto pueda considerarse como plagio en "LA CRUZ DE SAN ANDRÉS " y también me he sentido plagiado, aunque nunca tanto como pueda haberse sentido plagiada la autora de "CARMEN, CARMELA, CARMIÑA (FLUORESCENCIA)". Y así lo confieso, porque aunque mi intención suele ser citar respetuosamente a mis inspiradores, también reconozco que, en muchas ocasiones, también para mí, "la originalidad no es más que el arte de ocultar las fuentes" (frase que creía que era una de las famosas "Máximas" de La Rochefoucauld, pero no he conseguido encontrarla entre ellas ahora mismo).

Esta confesión no sería completa si no reconociera que he tenido un trato personal con varios autores que tienen mucho, y muy bueno, que decir sobre cuanto aquí se plantea. No quiero comprometer a nadie que no me autorice expresamente, pero mis profesores de Ontología Fundamental (he tenido que hacer un difícil ejercicio publicado en http://www.cita.es/filosofar/sofista y un examen comentando las relaciones entre dos textos de distintos autores), Lógica clásica y simbólica y sobre todo, el lujo y la satisfacción de haber asistido a magníficas clases de Historia de la Filosofía Antigua, en las que descubrí deslumbrado (porque me iluminaron muy bien) el concepto del estilema, me han permitido plantear un estudio sobre estilemas en informes y dictámenes periciales, y también la peritación de estilemas de cualquier tipo de obra, incluyendo, por ejemplo, cuantos puedan encontrarse en "LA CRUZ DE SAN ANDRÉS" y también en "CARMEN, CARMELA, CARMIÑA (FLUORESCENCIA)". Sobre el concepto y la utilidad de los estilemas voy escribiendo algunos borradores inéditos que pueden verse en http://www.cita.es/estilema

El análisis intertextual es un desafío intelectual de primer orden. En mis estudios de filosofía he tratado de encontrar a Sócrates en Platón, a éste en Aristóteles, y a éste en Ortega. Me haría feliz que pudiera verse algo de ellos en mí, y que ese algo fuera útil en una buena prueba pericial. Pero no la voy a hacer en este caso, si nadie me la pide expresamente.

La pericia judicial, con originalidad o sin ella, es una auténtica vocación para mí, y ha sido más mi curiosidad por leer los informes periciales de los catedráticos Sergio Beser y Luis Izquierdo lo que inicialmente (aunque todavía me esté aquí reservando mi opinión) me ha implicado, al menos intelectualmente, en esta controversia. Pero además, la acusación contra el acusador, en este caso la autora y su hijo están acusados, también me interesa desde hace tiempo, porque sé bien que "las querellas no durarían mucho si el error estuviese tan sólo de una parte" (ésta es, con toda seguridad, la máxima 496 de La Rochefoucauld). Sobre este punto recomiendo http://www.cita.es/acusado

La peritación de peritaciones, o como vengo llamándola "METAPERITACIÓN" me ha permitido abordar el estudio de fenomenos muy complejos por medio de las opiniones, cuanto más controvertidas y opuestas mejor, de todo tipo de expertos, en la seguridad de que, si yo no soy capaz de comprenderlos, posiblemente tampoco vayan a ser útiles para  el juez. Desde hace unos años colecciono informes y dictámenes y últimamente me concentro en un trabajo multidisciplinar cuya último borrador puede verse en http://www.cita.es/metaperitar

Por último, mis críticas a la normativa pericial, y especialmente a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, son ampliamente conocidas, y me cuestan grandes disgustos en Juzgados de Instrucción en los que resulta imposible cobrar un buen trabajo como perito nombrado de oficio, mientras que siempre es muy rentable ser descaradamente parcial. Puede comprenderse mi preocupación pericial leyendo la página http://www.cita.es/criminalista

Agradeceré cuanto pueda corregir, mejorar y documentar todo lo que aquí se apunta, especialmente las proposiciones y las preguntas periciales más adecuadas para este caso, con mi mejor y más atento saludo, desde Madrid, a 20 de septiembre de 2003.

Nota importante: Hemos profesionalizado el servicio de peritación de plagios como puede verse en http://www.cita.es/plagiado
Referencias de otros casos en http://www.cita.es/plagiadores

Fdo.: Miguel Á. Gallardo Ortiz, Ingeniero y Criminólogo, (meta)Perito Judicial
Domicilio: C/ Fernando Poo, 16 Piso 6º B, 28045 Madrid
Administrador Único de Cooperación Internacional en Tecnologías Avanzadas (C.I.T.A.) SL
Presidente de la Asociación para la Prevención y Estudio de Delitos, Abusos y Negligencias en Informática y Comunicaciones Avanzadas (APEDANICA), http://www.cita.es/apedanica
Apartado Postal (P.O. Box) 17083, 28080 Madrid, Spain
Teléfono: (+34) 914743809, Móvil: 619776475, FAX: 902998379
ADSL Internet http://www.cita.es E-mail: miguel@cita.es

(C) 2003 Cooperación Internacional en Tecnologías Avanzadas (C.I.T.A.) SL, at Internet http://www.cita.es
y (C) 2003 Miguel Angel Gallardo Ortiz, RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS (RAZONABLES)
Esta página puede modificarse en cualquier momento . Se agradecerán los enlaces a http://www.cita.es/plagio