CORPORATIVISMO
Perito JUDICIAL Miguel Ángel Gallardo Ortiz  ingeniero y criminólogo E-mail: miguel@cita.es 
ARQUITECTURA FORENSE  INGENIERÍA FORENSE e INFORMÁTICA FORENSE
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corporativismo.

1. m. Doctrina política y social que propugna la intervención del Estado en la solución de los conflictos de orden laboral, mediante la creación de corporaciones profesionales que agrupen a trabajadores y empresarios.

2. m. En un grupo o sector profesional, tendencia abusiva a la solidaridad interna y a la defensa de los intereses del cuerpo.


Desde la constitución de nuestra empresa www.cita.es en 1996 hemos sufrido y denunciado numerosas prácticas corporativistas indeseables o repugnantes. Las que más lamentamos son, precisamente, las de quienes dicen defender la libertad, cuando realmente lo que hacen es restringirla con formalidades, tradiciones y titulitis con escandalosos agravios comparativos. Las que más combatimos son las que permiten el abuso de posiciones dominantes contra los más débiles. La capacidad y la credibilidad de personas físicas y jurídicas siempre puede y debe ser cuestionada, pero la manera y la forma por la que se cuestiona a veces dice mucho más de quien las cuestiona, que del cuestionado. Entre los más corporativistas suele haber ignorantes, perezosos y malvados que se amparan en una corporación, un título o un privilegio injusto para abusar en competencia desleal. En este sentido, el INFORME SOBRE EL SECTOR DE SERVICIOS PROFESIONALES Y LOS COLEGIOS PROFESIONALES, Septiembre de 2008, en el que el Consejo  de  la  Comisión  Nacional  de  la  Competencia  recoge algunos  problemas  para  la competencia detectados en el ámbito de los servicios profesionales, concluye que la la  reforma  del  marco  normativo  de  los  servicios profesionales debe tener en consideración estos dos principios generales:

En  primer  lugar,  la  necesidad  de  romper  con  la  unión  automática  de  una profesión  y  un  título.  Sin  perjuicio  de  que  en  algunos  casos el interés  general pueda  justificar  que  una  determinada  profesión  solo  sea  ejercida  por  los poseedores de una titulación concreta, no debe ser ese el caso general, sino la excepción,  de  tal  forma  que  se  permita  que  profesionales  con  titulaciones diversas  puedan  competir  en  un  mismo  mercado.  Para  ello,  será  de  utilidad hablar de la regulación de actividades profesionales y no de profesiones.

En  segundo  lugar,  la  necesidad  de  romper  con  la  asociación  automática  de  profesión  titulada  con  Colegio  Profesional.  Los  motivos  que  justifican  la exigencia de titulación no deben ser automáticamente trasladables a la exigencia de  colegiación.  Una  cosa  es  restringir  la  entrada  a  un  mercado  (y  limitar  la competencia)  alegando  razones  de  interés  público  que  obligan  a  que  el profesional  posea  unos  determinados  conocimientos,  y  otra  cosa  es  obligar  a que,  además  de  tener  una  titulación,  el  profesional  esté  inscrito  en  un  Colegio Profesional.

Los conflictos de intereses profesionales y corporativos pueden dar lugar a serios enfrentamientos personales, empresariales e institucionales, en los que la calidad de los argumentos de las partes suele dejar mucho que desear.

La criminalidad específica de una profesión se oculta intencionadamente. Resulta extraordinariamente difícil poder conocer las condenas judiciales de profesionales, titulados o no, que han cometido delitos utilizando los derechos o privilegios de su profesión. Las sanciones deontológicas que imponen algunos colegios se ocultan más aún, como si no fuera noticia o no fuera suficiente el artículo 20 de la Constitución Española para conocer y dar a conocer lo peor de lo hecho y lo mejor de lo corregido con una sanción deontológica. Lamentablemente, hay muy pocas denuncias administrativas contra abusos corporativos.

Nuestra empresa ha explicado a abogados
fiscales jueces y magistrados algunos conflictos de intereses profesionales y corporativos porque consideramos que una visión multidisciplinar, y en cierto modo, filosófica y epistemológica, puede contribuir a racionalizar ciertas actividades, y a impedir abusos corporativistas. No hace falta tener una titulación para poder opinar sobre su problemática. Si que es conveniente estar suficientemente documentado para poder referenciar sus fundamentos y normativas específicas. Y desde www.cita.es nos consideramos capaces de prepararnos para dictaminar sobre lo más esencial, y lo más perverso, de todas y cada una de estas profesiones, sin excepción:

ANEXO 1. RELACIÓN DE PROFESIONES TITULADAS EN ESPAÑA
 
Profesiones de las Directivas sectoriales
 
Médico 
Enfermero responsable de cuidados generales
Odontólogo
Matrona
Veterinario
Farmacéutico
Arquitecto
 
Profesiones del Anexo I del Real Decreto 1665/1991, de 25 de octubre, por el que se  regula  el  sistema  general  de  reconocimiento  de  los  títulos  de  enseñanza superior  de  los  Estados  miembros  de  la  Unión  Europea  y  otro(s)  Estado(s) partes,  en  el  Acuerdo  sobre  el  Espacio  Económico  Europeo,  suscrito  el  2  de mayo de 1992, y ratificado por España el 26 de noviembre de 1993, que exigen una formación mínima de tres años de duración
 
Sector jurídico, contable y económico 
Abogado
Actuario de Seguros
Agente de la Propiedad Industrial
Auditor de Cuentas
Diplomado en Ciencias Empresariales y Profesor Mercantil
Economista
Gestor Administrativo
Graduado Social
Habilitado de Clases Pasivas
Intérprete Jurado
Procurador
Técnico de Empresas y Actividades Turísticas
Sector sanitario
Logopeda
Óptico
Podólogo
Psicólogo
Terapeuta Ocupacional
Sector técnico y de ciencias experimentales
Arquitecto técnico
Biólogo
Enólogo
Físico
Geólogo
Ingeniero Aeronáutico
Ingeniero Agrónomo
Ingeniero de Armamento y Material
Ingeniero de Armas Navales
Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos 
Ingeniero de Construcción y Electricidad
Ingeniero Industrial
Ingeniero de Minas
Ingeniero de Montes
Ingeniero Naval
Ingeniero de Telecomunicación
Ingeniero técnico Aeronáutico
Ingeniero técnico Agrícola
Ingeniero técnico Forestal
Ingeniero técnico Industrial
Ingeniero técnico de Minas
Ingeniero técnico Naval
Ingeniero técnico de Obras Públicas
Ingeniero técnico de Telecomunicación
Ingeniero técnico en Topografía
Jefe de máquinas de la Marina Mercante
Oficial de máquinas de primera clase de la Marina Mercante
Oficial de máquinas de segunda clase de la Marina Mercante
Oficial radioelectrónico de primera clase de la Marina Mercante
Oficial radioelectrónico de segunda clase de la Marina Mercante
Práctico de Puertos
Químico
Sector cultural
Maestro
Profesor de Educación Secundaria
Profesor  de  Enseñanzas  de  Arte  Dramático  conducentes  a  la  obtención  de  Título
oficial
Profesor de Enseñanzas de Artes Plásticas y Diseño conducentes a la obtención de
Título oficial
Profesor de Enseñanzas de Danza conducentes a la obtención de Título oficial
Profesor de Enseñanzas de Música conducentes a la obtención de Título oficial
Profesor de Universidad
Sector varios
Diplomado en Trabajo Social
 
Profesiones del Anexo IV del Real Decreto 1396/1995, de 4 de agosto, por el que se  regula  un  segundo  sistema  general  de  reconocimiento  de  formaciones profesionales  de  los  Estados  miembros  de  la  Unión  Europea  y  de  los  demás Estados  signatarios  del  Acuerdo  sobre  el  Espacio  Económico  Europeo  y  se
complementa lo establecido en el Real Decreto 1665/1991, de 25 de octubre
 
Sector de actividades subacuáticas
Buceador instructor
Buceador de primera clase
Buceador de segunda clase
Buceador de segunda clase restringido
Monitor de iniciación al buceo
Sector de aviación civil
Técnico de mantenimiento de aeronaves
Tripulante de cabina de pasajeros
Sector de la construcción
Decorador
Delineante
Sector económico-administrativo 
Agente y Comisionista de Aduanas
Perito mercantil
Sector educativo
Educador infantil
Sector industrial
Artillero-barrenista
Instalador de aparatos a presión
Instalador de calefacción y climatización
Instalador-montador electricista
Instalador de fontanería
Instalador frigorífico
Instalador de gas
Instalador nuclear y radiactivo
Instalador de sistemas fotovoltaicos a la red de baja tensión
Sector de la Marina Mercante
Contramaestre electricista
Electricista naval mayor
Electricista naval de primera clase
Electricista naval de segunda clase
Marinero
Marinero cocinero
Marinero electricista
Marinero mecánico
Mecánico mayor naval del sector de la Marina Mercante
Mecánico naval del sector de la Marina Mercante
Mecánico naval mayor del sector de la Marina Mercante
Mecánico naval de primera clase del sector de la Marina Mercante
Mecánico naval de segunda clase del sector de la Marina Mercante
Motorista naval
Operador de muelles o terminales de mercancías peligrosas
Patrón de altura del sector de la Marina Mercante
Patrón de cabotaje del sector de la Marina Mercante
Patrón mayor de cabotaje del sector de la Marina Mercante
Patrón de litoral del sector de la Marina Mercante
Patrón de tráfico interior
Radiotelefonista naval
Radiotelefonista naval restringido
Sector de la Pesca Marítima
Marinero de pesca
Mecánico de litoral
Mecánico mayor naval del sector de la Pesca Marítima
Mecánico naval del sector de la Pesca Marítima
Mecánico naval mayor del sector de la Pesca Marítima
Mecánico naval de primera clase del sector de la Pesca Marítima
Mecánico naval de segunda clase del sector de la Pesca Marítima
Patrón costero polivalente
Patrón de litoral del sector de la Pesca Marítima
Patrón local de pesca
Patrón de pesca local
Patrón de segunda clase de pesca de litoral
Sector sanitario
Auxiliar de enfermería
Higienista dental
Protésico dental
Técnico especialista en anatomía patológica-citología
Técnico especialista en dietética y nutrición
Técnico especialista de laboratorio
Técnico especialista de medicina nuclear
Técnico especialista de radiodiagnóstico
Técnico especialista en radioterapia
Técnico especialista en salud ambiental
Técnico superior en ortoprotésica
Técnico superior en audioprótesis
Sector de seguridad vial
Director de Escuela de conductores
Profesor de formación vial
Sector turístico
Guía de turismo-Guía intérprete de turismo
Sector de actividades generales 
Técnico Superior en prevención de riesgos profesionales
Sector agroalimentario 
Técnico Especialista en Vitivinicultura
Técnico en Elaboración de Vinos

Algunas noticias y opiniones sobre el CORPORATIVISMO

El Periódico, 22/10/2008, Fuster-Fabra JOSÉ MARÍA
Corporativismo judicial. Tanto como los abogados, médicos o periodistas
Mucho se habla estos días del corporativismo de los jueces. De entrada, para mí, cuanto menos se hable de los jueces, mejor para la justicia. Pero, puestos a hablar, entiendo que toda cuota de poder por definición tiende a ser corporativa, desde la más ínfima expresión --a la que se le pueda aplicar el refrán popular de "perro no come carne de perro"-- hasta los grandes intereses internacionales.
Los jueces son corporativos. Pues sí. Igual que los abogados, que tendemos a cubrirnos las vergüenzas mutuas; los médicos, entre los que no hay forma de encontrar un perito que quiera intervenir contra un compañero; los periodistas, que informan sobre la vida de todos los demás menos la de sus propios compañeros; los profesores universitarios, con una marcada tendencia a la endogamia, y así sucesivamente. Forma parte de la condición humana entender y justificar el error de alguien que hace lo mismo que tú con mayor dosis de benevolencia que el error ajeno que te afecta.
En definitiva, lo que ha sucedido estos días es que los jueces han pensado que lo que le ha acontecido a uno le podría suceder a ellos mismos. No se trata de justificarlo, sino de comprenderlo, que es muy diferente. Como abogado, uno no justifica que al juez se le pasara un plazo a la hora de presentar un escrito, pero sí lo puede comprender, porque en la dinámica diaria cabe el error humano.
Lo que sucede a veces es que el corporativismo produce un efecto bumerán. En mi vida profesional he tenido ocasión de representar a jueces en diferentes tipos de procedimientos civiles y penales, y el lector se sorprendería si viese cuál ha sido la reacción de sus propios compañeros. En ocasiones parece traicionarles el subconsciente y, ante un hecho que normalmente supondría el archivo de las actuaciones, se dicen: "No lo hago porque la gente creerá que lo hago así porque el imputado es juez. En todo caso, que archive la instancia superior". Y así, sucesivamente.
Este ejemplo valdría también para cualquier otra profesión. Lo dicho de los periodistas cuando descubren un hueco en la vida de alguien concreto y determinado, o el médico o el abogado al que ponen en el disparadero. Al fin y al cabo, los jueces son corporativos porque son poder, y, en su caso, mucho poder. Pero, esencialmente, porque son humanos. Así de claro.

LAS PROVINCIAS, 10/09/2006, Inés Molina
Eduardo Serra: “El corporativismo en España sigue lastrando la competitividad”    
Cuando Eduardo Serra se convirtió en ministro, su trayectoria profesional ya había estado ligada íntimamente con la cartera de Defensa. Como un juego del destino, había conocido y trabajado con todos los ministros de esta área y su nombramiento venía precedido por sus éxitos en otras esferas de la vida pública. El que fuera vicepresidente del Gobierno Narcís Serra confió en él sin apenas conocerlo, y de aquella unión profesional queda un recuerdo imborrable y una admiración sincera hacia quien considera que fue un magnífico servidor público.
Atrás quedaba una dilatada trayectoria pública que se había iniciado en 1974 y que le llevó a vivir en primera persona la Transición. Su admiración y respeto por los militares queda patente en toda la conversación. Es en esta esfera donde recuerda una mayor carga creativa este profesional, que se ha curtido tanto en el sector privado como en el público o en el tercer sector. Las formas de trabajar según los ámbitos son muy diferentes: “Existen dos posibilidades cuando se trabaja para los intereses públicos: o tienes mucho poder y poco margen de actuación, como en el caso de la Administración Pública, o tienes mucho margen y muy poco poder, como en el caso de las organizaciones no gubernamentales y fundaciones”.
El viejo gremialismo
Eduardo Serra muestra preocupación por los hábitos que mantiene la empresa en España. “Una de mis cualidades es que no sé de casi nada. Supe de Derecho una barbaridad, pero no sabía nada de arte, ni de automóviles, ni por supuesto de drogas. Pero lo que sí sé es que necesitas una buena conexión con el especialista. Vivimos en un mundo de especialistas que requiere ser dirigido por generalistas. Esto me parece esencial: tú debes tener una buena conexión con el especialista, no hacer nada en contra de lo que pida o necesite”. Los ejemplos con los que Eduardo Serra salpica la conversación nos resultan apasionantes y nos trasladan a un mundo alejado de nuestro día a día: “Si los militares te dicen que necesitan unas fragatas, tú no les puedes comprar unos submarinos. Una vez hecho esto, el especialista debe dejar paso al generalista”, seguimos anclados en la tendencia contraria, según Eduardo Serra. “Vivimos todavía en la cultura del gremio, totalmente contraria a esta idea”, afirma vehemente. “Aunque no nos demos cuenta, el corporativismo en España sigue lastrando la competitividad”; lo que sigue vigente en una proporción altísima es el sistema económico gremial, lo que con naturalidad se llama corporativismo, algo que estuvo presente hasta el siglo XVIII, hasta el triunfo de la revolución industrial y la llegada del capitalismo”.
“Todavía existen amplísimas parcelas de nuestra vida económica donde se exigen demasiados requisitos que limitan la libre competencia”. No está de acuerdo Serra con “ese corporativismo donde se defiende la incompetencia” y aboga por la flexibilidad y la responsabilidad empresarial: “Según el último informe del Círculo de Empresarios, el freno al crecimiento económico español tiene como causa última la falta de libertad”. 
 
ABC, 14/04/2005, FERNANDO FERNÁNDEZ
CORPORATIVISMO E IDEOLOGÍA    
UNA de las herencias franquistas más perdurables es el corporativismo que permea la vida política, empresarial y profesional. Es un vestigio de la democracia orgánica y del llamado Estado Nuevo que actúa como un lastre insoportable para muchos intentos de reforma necesaria en áreas tan distintas como la enseñanza, la sanidad, la colegiación obligatoria o la función pública. Ahora que el Gobierno nos conduce alegre y confiado hacia la segunda transición, tenía una buena oportunidad para reconducir las prácticas estamentales a sus justos términos. Pero para ello tendría que dejar de utilizarlas con fines espurios. Porque cuando el corporativismo se disfraza de ideología política se hace prácticamente invencible.

DIARIO DE CÁDIZ, 18/02/2004
Libre colegiación versus caduco corporativismo del siglo XIX     
El Gobierno andaluz restó ayer importancia a la iniciativa que promueven los colegios profesionales del ámbito sanitario para nombrar persona non grata al consejero de Salud, Francisco Vallejo. Su homólogo de la Presidencia, Gaspar Zarrías, no sólo glosó sus logros al frente de su departamento sino que calificó como un acierto la libre colegiación de los profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS) y contrapuso esta política al corporativismo caduco del siglo XIX . Entre el siglo XIX y el XXI, yo me quedo con el XXI , apostilló. Pese a ello, el consejero andaluz no dejó de reconocer que los colegios profesionales están en su derecho de exponer su opinión sobre la gestión de Vallejo que, a su juicio, ha sido sobresaliente . Y me quedo corto , apostilló. Son los consejos andaluces de los colegios de médicos y de enfermería los que están promoviendo la iniciativa contra el titular de Salud por considerar que ha perjudicado tanto a los profesionales como a los usuarios del SAS.
 
EL CORREO, 16/07/2003, JOSÉ MARÍA ROMERA
Colegas o cómplices    
El corporativismo sigue instalado en mentes timoratas e interesadas que no pueden soportar que alguien ajeno a su gremio ponga en duda su buen hacer o profesionalidad
JOSÉ MARÍA ROMERA //ILUSTRACIÓN: MARTÍN OLMOS
De cuando en cuando, los periódicos traen noticias de un caso de negligencia médica ante el que las víctimas o sus allegados se han sentido impotentes porque sus denuncias han chocado contra un muro de silencio, si no de defensa cómplice, dentro de la profesión sanitaria. El mismo sentimiento kafkiano invade a quienes tratan de pedir responsabilidades a un profesor insolvente, a un abogado venal o a un periodista del rumor. Los respectivos gremios de éstos, muchas veces sabedores de la razón que asiste al perjudicado, tienden a creerse en la obligación de colocarse por sistema del lado del colega.
La idea de que los trapos sucios se lavan en casa sería una buena norma de conducta si efectivamente las lavadoras funcionasen siempre que surge una mancha. Hay aspectos y peculiaridades de ciertas profesiones que escapan al conocimiento del ajeno. Lo que para los profanos son desaguisados imperdonables, para el conocedor de una actividad pueden tener atenuantes técnicos o circunstanciales derivados de la especificidad de una tarea más compleja de lo que a primera vista parece.
Pero por norma general el amparo del colega es ciego, incondicional y acrítico. Predomina en él un sentido del clan, de la tribu, según el cual cada vez que se pone en tela de juicio el proceder de un compañero peligra la profesión entera. Es curioso que esto ocurra muy especialmente en profesiones como la periodística, donde la veracidad debiera ser una máxima superior a cualquier otra; los periodistas pueden criticarse entre sí -y de hecho lo hacen, no pocas veces con inmoderada acritud-, pero forman una piña cuando la crítica proviene de alguien ajeno al gremio.
Actitud egoísta
El corporativismo mal entendido no es exactamente un fenómeno de solidaridad hacia el próximo. Contra lo que pudiera parecer, hunde sus raíces en el egoísmo. No se ampara al errado para protegerle, sino en previsión de que algo semejante pueda ocurrirle algún día al ocasional protector. Entre los profesionales formando una guardia pretoriana alrededor del colega puesto en entredicho los hay movidos por un sincero compañerismo, pero abundan más los que ponen sus barbas en remojo al ver cómo pelan las del prójimo.
Las actitudes corporativas defensivas -manifiestamente distantes del espíritu sindical o del compromiso solidario- se acentúan principalmente en tres tipos de circunstancias. La primera de ellas se da cuando algo o alguien pone en peligro el estatuto de la profesión y las eventuales prerrogativas que ésta comporta; es el caso de las reacciones contra el 'intrusismo'. Confúndense en ellas con frecuencia los derechos legítimos con la protección de una parcela que más bien parece un cortijo de uso reservado. No es lo mismo protestar unidos contra la emergencia de seudoprofesionales (en la medicina, en algunas actividades artísticas) que tachar de intrusos a quienes, con formación y méritos suficientes, aspiran a penetrar en el coto cerrado.
La segunda forma más común del corporativismo se manifiesta cuando una persona del propio 'clan', instalada dentro de él, trata de corregir defectos enquistados, implantar reformas o cambiar estructuras y modos de actuación. Pocas veces se le considera un bienhechor. Los gremios cerrados lo estiman traidor, réprobo, enemigo infiltrado. Se diría que hace temblar los cimientos de un 'statu quo' donde cualquier cambio trae consigo el riesgo de desestabilización; es frecuente que entonces se le haga el vacío en nombre de una identidad corporativa no exenta de pereza, cómoda rutina y pensamiento inmovilista.
Férreos grilletes
Pero la cara más antisocial del corporativismo aparece ante la queja o la denuncia del ciudadano usuario contrariado por una actuación negligente que le ha acarreado malas consecuencias y exige que se abra un procedimiento de aclaración, o depuración en su caso. La mentalidad corporativa salta como por un resorte. Unos, los más infectados del virus del clan, replican inmediatamente tachando al quejoso de ignorante o provocador. Otros guardan un silencio vergonzante aun a sabiendas de que así contribuyen a mantener una maquinaria que ha hecho agua por alguna parte. Es el viejo principio según el cual 'entre bomberos no vamos a pisarnos la manguera'.
Los vínculos profesionales, tan estimables cuando se ponen al servicio de la calidad en la tarea común y de la defensa de derechos legítimos, se transforman en férreos grilletes hechos de inhibición y temor. Una especie de burocracia solidaria ha hecho de ellos, acaso sin percatarse, guardianes de un castillo impenetrable en cuyo interior permanecen los elegidos y fuera de cuyas murallas queda desvalido el damnificado.
Hoy la flexibilidad laboral, la sucesión de cambios en las carreras profesionales (el llamado 'wired'), la mayor conciencia de ciudadanía por encima del sentido del gremio -y quizá también la tendencia al 'sálvese quien pueda'- van eliminado trabas y haciendo más transparentes profesiones que antaño parecían sociedades secretas. Pero el corporativismo sigue agazapado en muchas mentes timoratas o interesadas, acaso como una forma errónea de protección en un mundo de relaciones complejas donde nadie está a salvo del error y la impunidad ya no acompaña a la obtención de un título o de un contrato.

LA VANGUARDIA, 04/04/1998
Más competencia y menos corporativismo     
Las propuestas que hace el estudio parten de la necesidad de tener un conocimiento mucho mejor de este tipo de actividades y de que la política industrial tenga en cuenta el fenómeno de la terciarización de las empresas y la relevancia que tienen los servicios para el buen funcionamiento y la competitividad de la industria.
Asimismo, recomienda 'potenciar la competencia interna e internacional en los mercados de servicios, por la vía de la desregulación y la reducción o eliminación de la intervención pública o las prácticas corporativistas'.
También se propone la actuación en las empresas de servicios, con medidas destinadas a aumentar su productividad y minorar el impacto del factor trabajo, poniendo en marcha, al mismo tiempo, 'medidas que doten al mercado de más transparencia y eficiencia'.

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INSOLVENCIA PUNIBLE
ERE Expediente de Regulación de Empleo
plan de viabilidad
denuncias falsas
extorsiones 
tráfico de influencias 
negociaciones prohibidas
cohecho 
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prevaricación 
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APROPIACIONES INDEBIDAS

ADMINISTRADORES JUDICIALES
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