El planteamiento que, tras una primera
lectura, se propone aquí, intenta inferir el planteamiento del propio
autor desde una perspectiva aristotélica, asumiendo que el autor, para
conocer y dar a conocer, DEFINE, DIVIDE Y ARGUMENTA, o al menos nos parece
que define, divide y argumenta sobre el escepticismo, diferenciándolo
de otras corrientes más o menos filosóficas. Así, podemos
encontrar en las primeras páginas del primer libro, una serie de conceptos
fundamentales para comprender el texto, muchos de los cuales son poco habituales
en nuestra lengua actual, aunque entendemos que son de permanente utilidad
en el estudio de la Filosofía, en cualquiera de sus épocas,
que es lo que se pretende.
En este texto helenístico pueden reconocerse tres posturas bien definidas
respecto a los problemas fundamentales de la filosofía, y al problema
de cómo filosofar más correctamente. Así, en la pág.
10 puede entenderse que existían, y sin duda todavía existen
1. Los “dogmáticos”, como en la antigüedad
se conocían a los aristotélicos, pero también a los epicúreos
y a los estoicos, que creen haber encontrado lo verdadero y su método.
2. Los “sofistas” que declaran que no se puede conocer,
y que nunca se podría comprender plenamente.
3. y los “escépticos”, que piensan que aunque no
se conoce nunca ni se comprende, ni se puede comprender plenamente, siempre
hay que seguir investigando (en lo que coincidimos sin reservas con el autor,
sea cual fuere la consideración y definición, escéptica
o no, que esta actitud incansablemente investigadora merezca).
La perversión de la primera postura (dogmática), convierte
su "logos" en “apodíctico”, es decir, que no se admite la discusión.
La perversión segunda postura (sofista) produce cinismo, casi siempre
interesado (al menos interesado en desinteresar a los demás, especialmente
a los investigadores más tenaces) basándose en pretextos capaces
de invertir la carga de cualquier prueba, y en argumentos falaces que pretenden
quebrar la razón de cualquier demostración (sobre las demostraciones
y las pruebas nos extenderemos más adelante).
El sano escepticismo, entendido en el sentido clásico, activo y positivo
que el autor pretende (siempre hay que seguir investigando), promueve la mejora
hasta el perfeccionamiento de la sistemática (el profesor comentó
en clase que "hay sistematicidad, pero NO hay sistemas" además de que
en el texto hay "historicidad pero NO es un recorrido histórico").
Al tomar postura el autor por la escepsis, quizá falte un planteamiento
(auto)crítico hacia el escepticismo y la consideración de algunas
posibles perversiones de la escepsis.
Es más, en la última página (200) del último
libro, el autor hace ciertas concesiones en medida y contenida proporción
a la fortaleza o debilidad, gravedad o levedad de la arrogancia y precipitación
de los dogmáticos para explicar "por qué a veces el escéptico,
arguyendo por las verosimilitudes, aduce de propósito razones débiles",
concluyendo que "
el que se rige por la Escepsis no titubea en aducir razones,
ora firmes en sus verosimilitudes, ora que aparezcan débiles de propósito,
en cuanto a menudo le bastan para alcanzar lo que se propone". Ése
parece ser "el planteamiento del planteamiento" del autor, que dificulta escépticamente
el nuestro, en realidad, el mío, primero por ignorar yo en este punto
y momento la firmeza necesaria para alcanzar lo que aquí como alumno
yo mismo me propongo, sin conocer el criterio del profesor sobre este preciso
fin, y como el autor señala en el suyo, sin querer yo tampoco ni excederme
ni resultar insuficiente.
Definiciones filosóficas (imprescindibles) de Sexto Empírico
en el texto
Sin ánimo de exhaustividad, y considerando siempre que cualquier
definición (formal, lingüística, filológica o semántica),
y más en Filosofía, es siempre discutible, lo que se pretende
hacer prudentemente en este punto, más que dar una definición
propia, es referenciar las que se precisan en las páginas donde nos
hemos encontrado por primera vez el uso de un término relevante por
parte del autor, y dejar para más adelante, salvo alguna excepción,
y mejor aún para el profesor, su definición formal (en caso
de que el profesor expresamente me lo indicase, yo intentaría dar mi
mejor interpretación del término en este contexto):
La Escépsis, págs. 10 y ss, también llamada
zetética
o inquisitiva por el hecho de indagar y especular;
eféctica
o abstintiva, por el estado que deviene con la indagación de lo
que se investiga;
aporética o dubitativa, ya porque duda de
todo y especula, y pirrónica, por estar más ligado Pirrón
que sus antecesores, es, "la facultad escéptica o especulativa que
opone por cualquier
tropo fenómenos y nóumeros, con la
cual venimos, mediante el equilibrio de las cosas y las razones opuestas,
primero, en efecto, a la epojé o abstención; tras esto, empero,
a la ataraxia" (poco más adelante define "ataraxia" como "tranquilidad
y serenidad del alma").
Siendo así el concepto de tropo clave para la comprensión
del texto, y al no definirlo el autor, he buscado una definición así:
Tropos, por definición tomada de http://www.ucalgary.ca/~latorres/435poesia.html
Las palabras pueden usarse
en sentido directo o figurado (tropo). Tropo, en griego, significa cambio,
vuelta, rodeo. Tropos principales:
* metonimia: se da a un objeto el nombre de otro por una relación
de causa u origen: "Se
compró
un Picasso."
* sinécdoque: (es una especie de metonimia) se designa
un objeto con el nombre de otro
debido a que hay
una relación de coexistencia; las más usada es la que designa
el
todo por la parte:
"Hay que ganar el pan de cada día."
* metáfora: idetificación de un objeto con
otro por una relación de semejanza: "La vida
es un sueño."
* alegoría: es una metáfora continuada
* parábola: es una alegoría con intención
didáctica
* símbolo: es una relación entre dos elementos,
uno concreto, sensorial, y el otro
abstracto, donde
el elemento concreto revela lo abstracto; algunos símbolos se
convierte en emblemas,
la rosa como símbolo del amor.
Una vez más, las licencias poéticas abren caminos a las conceptualizaciones
filosóficas, pero no resulta fácil, en mi opinión, precisar
las encrucijadas en sus mapas, porque el término "trópo", o
más exactamente "la facultad escéptica o especulativa que opone
por cualquier
tropo fenómenos y nóumeros" no hace sino
señalar todo un mundo, quizá todo "el" mundo del pensamiento
y sería demasiado pretencioso darlo por definido en un trabajo de estas
características, circunstancias y limitaciones. Más adelante
(pág. 17 "Acerca de los tropos generales de la epojé" y pág.
18 "Acerca de los diez tropos") el autor relaciona a los escépticos
más antiguos con una interpretación del tropo sinónimamente
discursos y figuras, numerándolos y describiéndolos argumentativamente,
con muchas referencias a muy diversos animales. Mucho más adelante
(pág. 43) el autor precisa que los escépticos más
recientes transmiten estos cinco tropos de la epojé: primero, el de
la discrepancia; segundo, el que remite en infinito; tercero, el de la relación;
cuarto, el hipotético; quinto, el dialelo o de lo uno por lo otro.
Y más adelante (pág. 46) habla de "cuáles sean los dos
tropos", dinstinguiendo entre lo que se comprende, o parece que se comprende
por sí mismo, y lo que se comprende por otra cosa, advirtiendo que
nada se comprende por sí mismo ni por otra cosa para quienes estiman
introducir la duda acerca de todo (tropos de la subversión de lo etiológico,
pág. 47).
Quizá por mi formación en Criminología, a mí
me ha llamado particularmente la atención las dos definiciones que
el autor da a la palabra "secta" para plantear si el escéptico tiene
secta (pág. 13). Son éstas:
- es la inclinación a numerosos dogmas que guardan consecuencia
consigo y con los fenómenos, y se llama dogma el asentimiento a una
cosa obscura
- es la dirección que concluye cierto razonamiento en vista del
fenómeno, mostrando por este razonamiento cómo parece que se
vive rectamente (tomando rectamente no sólo lo que toca a la virtud,
sino con más sencillez) y tendiendo a poder abstenerse.
Da mucho que pensar a un criminólogo cualquier definición
de la palabra secta, pero en el texto y en el contexto del autor, está
vinculando la escepsis a la segunda definición, para que el escéptico
pueda seguir cualquier raciocionio que se le muestre, y en vista del fenómeno,
vivir según las costumbres patrias, y las leyes, y las conductas y
las pasiones propias.
Sobre el criterio de la escuela (palabra utilizada en la pág. 15
actualmente mucho más edificante que la de secta) escéptica,
el autor sostiene que es el fenómeno, que puede llamarse asimismo
la
fantasía , pues lo que yace en la convicción y en
la pasión involuntaria es, según Sexto Empírico, "ininvestigable"
(Freud no estaría muy de acuerdo con esta afirmación). Pero
todo lo que dice el autor al respecto, dice también que lo dice sin
dogmatizar.
La clase del miércoles 17 de enero fue dedicada por el profesor a
comentar el criterio del escepticismo.
Estoy en espera de indicaciones del profesor sobre lo ya presentado de este
trabajo.
Citas en Internet sobre el Escepticismo según
Sexto Empírico:
http://www.udec.cl/~meskuche/ocio/textos/filosof%EDa/Sexto%20Emp.htm
Sexto Empírico: Bosquejos pirrónicos (selección I),
el escepticismo
I, 1. Los que buscan algo, probablemente llegan a descubrirlo, o declaran
que no pueden descubrirlo y que es incomprensible, o continúan buscándolo.
Por ello en las investigaciones filosóficas unos han pretendido haber
hallado la verdad, otros han declarado que no es posible alcanzarla, y otros
la buscan aún. Los llamados propiamente dogmáticos parecen
haberla hallado, por ejemplo, Aristóteles, Epicuro, los estoicos y
otros; los que han probado que es imposible alcanzarla son Clitómaco,
Carneades y otros académicos; los que aún buscan son los escépticos.
Por ello parece que hay tres filosofías principales: el dogmatismo,
la academia y el escepticismo. Convendrá a otros tratar de las dos
primeras. Por nuestra parte, trazaremos un esbozo de la orientación
escéptica, después de advertir que sobre ninguno de los puntos
que tratamos tenemos la seguridad de que sea enteramente como lo afirmamos,
sino que informamos históricamente sobre cada cuestión tal
como nos parece por el momento.
I, 3. La orientación escéptica se llama zetética por
su preocupación por buscar y examinar; eféctica por la disposición
del escéptico después de la búsqueda; aporética,
o porque duda de todo y lo investiga todo, como dicen algunos, o porque queda
en suspenso entre la afirmación y la negación; pirrónica,
porque nos parece que Pirrón se entregó al escepticismo de
un modo más completo y manifiesto que sus predecesores.
I, 4. El escepticismo es la facultad de oponer de todas las maneras posibles
los fenómenos y los noúmenos; y de ahí llegamos, por
el equilibrio de las cosas y de las razones opuestas (isostenía),
primero a la suspensión del juicio (epokhé) y después
a la indiferencia (ataraxia).
I, 10. Los que pretenden que los escépticos niegan los fenómenos
me parece que no oyen lo que decimos. No negamos las impresiones que recibe
pasivamente la representación y que nos conducen involuntariamente
al asentimiento, es decir, los fenómenos. Siempre que buscamos si
el objeto es tal como nos aparece, concedemos que aparece. No ponemos en
duda el fenómeno, sino lo que se dice del fenómeno: y esto
es diferente del fenómeno mismo. Así la miel nos parece dulce;
lo admitimos, porque tenemos la sensación de dulzor. Investigamos
si la miel es dulce por esencia, porque esto no es un fenómeno, sino
un juicio sobre el fenómeno. Si proponemos argumentos contra los fenómenos,
los exponemos sin querer negar los fenómenos, para mostrar la precipitación
de juicio de los dogmáticos. Pues si la razón es tan engañosa
que casi sustrae a nuestros ojos los fenómenos, ¿cómo
no la consideraremos sospechosa respecto de lo que es obscuro, si no queremos
precipitarnos al seguirla?
I, 19. Empleamos unas veces la expresión "no más", y otras
"nada más". Algunos escépticos, en lugar de decir "no más",
dicen evocando la causa, "¿por qué esto más que aquello?",
ya que es habitual usar preguntas en vez de proposiciones, así: "¿Cuál
de los mortales no conoce a la esposa de Zeus?", y usar proposiciones en
lugar de preguntas, así: "Me pregunto por qué hay que admirar
a un poeta." La expresión "no más esto que aquello" señala
la disposición en que estamos, según la que, por la fuerza
igual de las razones opuestas, nos vemos llevados a una actitud de equilibrio.
Entendemos por fuerza igual la que existe para nosotros en lo que nos parece
probable; por razones opuestas, las que están en pugna entre sí,
y por equilibrio, la negación a dar un asentimiento en un sentido
o en el otro. Aunque la expresión "nada más" señala
una afirmación o una negación, no la empleamos así,
sino indiferentemente, en un sentido abusivo, en vez de una interrogación,
o en vez de decir: "No sé a qué dar y a qué no dar el
asentimiento." Nos proponemos mostrar lo que nos parece. Poco importa la
expresión que sirve para mostrarlo. Es necesario saber también
que empleamos la expresión "no más" sin afirmar absolutamente
la verdad o la certeza de la cosa, sino que decimos lo que nos parece.
1, 28. Respecto a todas las expresiones de los escépticos, es preciso
saber que no aseguramos que sean verdaderas, ya que afirmamos por el contrario
que pueden destruirse a sí mismas, puesto que están comprendidas
entre las cosas a cuyo respecto se emplean, igual que los purgantes no sólo
expulsan los humores corporales, sino que se ven arrastrados con ellos. Decimos
que nos servimos de ellas indiferentemente, o si se quiere impropiamente,
aunque no nos den a conocer propiamente las cosas respecto de las que las
empleamos. Al escéptico no le conviene discutir sobre las palabras,
y en particular nos resulta ventajoso que estas palabras no tengan una significación
propia, sino relativo a alguna cosa. a saber, al escéptico. Además,
debemos recordar que no las usamos para todas las cosas en general, sino
para lo que está obscuro y para las cuestiones dogmáticas,
y que decimos lo que nos parece, sin afirmar nada de la naturaleza de los
objetos. Así creo poder destruir cualquier sofisma que se haga contra
el vocabulario escéptico.
__________________________________________________
Bosquejos pirrónicos (selección), de R. Verneaux, Textos de
los grandes filósofos. Edad Antigua, Herder, Barcelona 1982, p.105-107.
http://www.cinicos.com/es03.htm
Escuela escéptica Home > escépticos > escuela escéptica..
Recuperación del pirronismo.
La corriente escéptica de la Academia llegó a su fin cuando
Antíoco asumió la dirección en el año -80. Enseguida
comenzó a realizar importantes cambios con el propósito de
abandonar la orientación escéptica e inclinarse hacia posturas
más eclécticas, provocando que los escépticos retomaran
entonces el pirronismo inicial y continuaran como escuela independiente de
la Academia. El fundador de esta nueva etapa del escepticismo como escuela
es Ptolomeo de Cirene, hacia el año -100, según nos dice Diógenes
Laercio. Pero el escéptico más importante de este periodo es
Enesidemo de Cnosos, del que se conocen varias obras, siendo la más
importante la que lleva por titulo "Argumentaciones pirrónicas", en
la que se exponen sus conocidos tropos para la suspensión del juicio,
que mas tarde serían recogidos por los otros escépticos y sobre
todo por Sexto Empírico. En un momento determinado de su andadura
la escuela estuvo estrechamente relacionada con ciertas corrientes empíricas
y metódicas de la medicina y varios de sus dirigentes fueron médicos
ligados a estas corrientes.
Los filósofos más influyentes de la escuela escéptica
fueron: Ptolomeo de Cirene, Heráclides de Tarento, Enesidemo de Cnosos,
Agripa. Y en la época de los médicos empíricos: Zeuxipo,
Zeuxis de Laodicea, Antioco de Laodicea, Teodas de Laodicea, Menodoto de
Nicomedia, Herodoto de Filadelfia y Sexto Empírico.
Sobre el iniciador de esta nueva etapa del escepticismo, Ptolomeo de Cirene,
no se tienen muchas noticias, debió de fundar la escuela hacia el
año -100. Tampoco sobre su sucesor Heráclides de Tarento sabemos
casi nada y es con Enesidemo con quien comenzamos a tener más datos.
Enesidemo de Cnosos.
Nació en Cnosos (Creta) y enseñó en Alejandría
hacia el año -70. Fue el pensador más importante de este periodo
y dirigió la escuela escéptica en torno al año -50.
Escribió varios libros dedicados al pirronismo, en los que describe
sus diez tropos para la suspensión del juicio, posteriormente Agripa
redujo los tropos a cinco.
Su enseñanza se basaba en la crítica de las posturas de estoicos
y académicos a los que consideraba dogmáticos. En sus ocho
libros de "Argumentaciones pirrónicas" recopiló todas las doctrinas
diferentes sobre cada punto para demostrar la incertidumbre de alcanzar un
conocimiento verdadero. "Si existen sensaciones diversas para los diversos
hombres o para diversas circunstancias, ¿cómo distinguir entre
las verdaderas y las falsas? ¿Cómo distinguir también
entre las diversas creencias y opiniones humanas?". Por ello, propuso la
suspensión del juicio como la mejor actitud del sabio para alcanzar
la imperturbabilidad o ataraxia. Aceptó la identidad de los contrarios,
fundamento de todo relativismo y también del escepticismo. Pero fue
en otra obra titulada "Esbozo del pirronismo" donde expuso los famoso diez
tropos para la suspensión del juicio, de los que se hizo un amplio
eco posteriormente Sexto Empírico.
El empirismo médico.
A partir de Zeuxis de Laodicea todos los dirigentes de la escuela escéptica
fueron médicos de la corriente empírica. Estos ejercieron en
la escuela de medicina empírica situado en el santuario de Men Caru,
en las afueras de Laodicea. Solo al final, Herodóto de Filadelfia
(cerca de Laodicea), traslada la sede de la escuela escéptica de nuevo
a Alejandría y marca el final del empirismo médico. Se entra
entonces en una etapa de transición hasta que comienza la influencia
de otra corriente llamada metodismo.
Sexto Empírico.
Nació en Apolonia (Libia). De su vida se sabe muy poco, probablemente
vivió entre finales del siglo II y comienzos del siglo III de nuestra
era, sin embargo su obra es la de mayor influencia de todo el escepticismo
antiguo. Por fortuna se ha conservado una parte importante de su obra, particularmente
10 libros (rollos) donde expone detalladamente el pensamiento escéptico,
lo que supone una importancia fundamental para el conocimiento del escepticismo
antiguo.
Los tres primeros libros están traducidos como "Argumentaciones pirrónicas"
(o "Esbozos pirronicos") y los otros siete con el título de "Adversus
mathematicos", (contra los profesores), en ellos se exponen las ideas escépticas
tal y como han sido entendidas después, tal vez porque se han conservado
la mayoría de sus obras. De estas obras nos han llegado diversos manuscritos,
algunos de ellos del siglo XVI, se conservan en bibliotecas españolas,
en la de San Lorenzo del Escorial y en la Nacional de Madrid. También
se ha conservado un tratado de medicina.
Sexto fue médico y filósofo, uno de los representantes más
importantes del escepticismo pirroniano y además sus escritos han
servido de fuente de la mayoría de datos referentes a esta corriente
filosófica. No se sabe con exactitud de dónde era originario,
aunque vivió en Atenas, Alejandría y Roma. Recibió el
sobrenombre de Empírico por sus concepciones filosóficas y
especialmente, por su práctica médica. En sus escritos se aprecia
una fuerte influencia de Pirrón y Enesidemo, y están dirigidos
contra la pretensión dogmática de conocer la verdad absoluta,
tanto en cuestiones de moral, como de ciencia.
En sus "Argumentaciones pirronicas" define el escepticismo de la manera siguiente:
"El escepticismo es la capacidad de establecer antítesis en los fenómenos
y en las consideraciones teóricas, según cualquiera de los
tropos, gracias a la cual nos encaminamos, primero hacia la suspensión
del juicio y después hacia la ataraxia".
Para Sexto los sistemas filosóficos son tres: los dogmáticos
que son aquellos que creen haber descubierto la verdad, los académicos
que suponen que no puede ser aprehendida y los escépticos que siguen
investigando. Los escépticos son llamados también zetéticos
por su afán de indagar y observar, efécticos por la suspensión
del juicio producida por la investigación, aporéticos por dudar
de todo y pirrónicos por Pirrón fundador del escepticismo.
Según Sexto, las cosas existen, pero lo único que podemos saber
y por tanto decir de ellas, es de qué manera nos afectan, pero no
lo que son en sí mismas. No obstante, su epojé no es tan radical
como la de Pirrón. Defiende también una ética del sentido
común y, aunque como pirroniano acepta la indiferencia respecto de
todas las soluciones morales, reivindica también la importancia de
lo empírico, esta sería la razón por la cual defiende
que la vida práctica debe regirse por cuatro reglas: la experiencia
de la vida, las indicaciones que la naturaleza nos da a través de
los sentidos, las necesidades del cuerpo y las reglas de las artes. Hace
una crítica del silogismo, al que considera un círculo vicioso,
y pone en entredicho la noción de signo, especialmente tal como lo
entendían los estoicos. Critica la teología estoica señalando
las contradicciones de la noción estoica de divinidad, para los estoicos
todo cuanto existe es corpóreo, por tanto, señala Sexto, también
lo ha de ser la divinidad. Pero un cuerpo puede ser simple o compuesto, si
es compuesto puede descomponerse y por tanto, es mortal. Si es simple, es
uno de los elementos: tierra, aire, agua o aire y, entonces, es inerte e
inanimado. De ahí se sigue que la divinidad, o bien es mortal, o bien
es inanimada, lo cual es, en ambos casos, absurdo. Además de este
argumento, Sexto atacacó la noción de divinidad recurriendo
a otros varios razonamientos. En todos ellos reforzaba la idea escéptica
de la necesidad de la epojé o suspensión del juicio.
Sus escritos tienen una importancia fundamental para el conocimiento del
pensamiento antiguo Concretamente, su obra "Adversus mathematicus" aporta
datos importantes para el conocimiento de la historia de la astronomía,
la gramática y la ciencia antigua, o la teología estoica.
http://www.inicia.es/de/diego_reina/antigua/PROTAGOR.htm
Protágoras de Abdera (ca. 490 - 420 a. C.)
SEXTO EMP., Esbozos pirrónicos 1, 216-219:
"Protágoras quiere que el hombre sea la medida de todas las cosas,
de las que existen por el hecho de que existen, de las que no existen por
el hecho de que no existen. Por «medida» entiende criterio, por
«cosas» las realidades, de manera que en virtud de esto puede
decir que el hombre es el criterio de todas las cosas, de las existentes
por el hecho de que existen, de las no existentes por el hecho de que no
existen. Es por esto por lo que acepta solamente las cosas que aparecen para
cada individuo, y de esta manera introduce el principio de relación.
(217)... Este filósofo dice que la materia es un flujo, y mientras
fluye continuamente se forman adiciones para compensar las efluxiones; que
los sentidos se transforman y se alteran según las edades y según
las diversas disposiciones del cuerpo. (218) Sostiene que las «razones»
de todos los fenómenos subsisten en la materia, de manera que la materia,
en lo que depende de ella, tiene la propiedad de ser todas aquellas cosas
que aparecen a todos; que los hombres, según sus diferentes disposiciones,
perciben también diferentes cosas en diferentes momentos, pues quien
es normal percibe, de todas las cosas que hay en la materia, aquellas que
pueden aparecer a un individuo normal, y un anormal, aquellas a un individuo
anormal. (219) Y esto mismo hay que decir en cuanto a la edad, y según
se duerma o se esté despierto, y según cada forma de las disposiciones.
Así, pues, según él, el hombre se convierte en criterio
de las cosas existentes. Pues todas las cosas que aparecen a los hombres
también existen, aquellas que no aparecen a ningún hombre no
existen. Vemos, pues, que dogmatiza sobre la fluidez de la materia y sobre
el hecho de que las «razones» de todos los fenómenos subsisten
en ella, cuestiones oscuras y sobre las que no nos podemos pronunciar."
a) ¿De qué filósofo ha sacado Protágoras la idea
de la fluidez de las cosas?
b) ¿Qué quiere decir, exactamente, ese relativismo: que las
cosas son como quiera el hombre, o como éste las vea, o como las vea
un hombre determinado,...?
c) ¿Podemos, entonces, llegar a conocer algo acerca de las cosas que
no podemos ver? ¿Cuál será, por tanto, el verdadero
conocimiento: el del ser o el de las apariencias?
SEXTO EMP., Adv. Math., 9, 55-56:
"Va de acuerdo con estos hombres [Evémero, Diágoras, Pródico
y Critias] también Teodoro el ateo y, según algunos, Protágoras
de Abdera..., quien precisamente ha escrito en algún lugar: «En
relación a los dioses, no puedo decir ni si existen ni si no existen
ni de qué naturaleza son, pues muchas cosas me lo impiden».
Aunque por este motivo los atenienses lo condenaron a muerte por medio de
un decreto, escapó, pero murió de un accidente en el mar."
http://www.cinicos.com/es06.htm
Si la bibliografía sobre algunas escuelas o movimientos del periodo
helenístico es mas bien escasa, sobre el escepticismo, en lengua castellana
es escasísima y casi siempre formando parte de estudios más
generales.
Libros antiguos sobre escepticismo.
-Diógenes Laercio: "Vidas de los filósofos más
ilustres". México, 1.984. Es una de las fuentes fundamentales para
el estudio del escepticismo, (además de tratar del resto de escuelas
filosóficas de la época). Se ocupa de pirrónicos, académicos
y abarca hasta Sexto Empírico.
- Sexto Empírico: "Esbozos pirrónicos", Madrid,
1.993. Este libro es un resumen del pensamiento escéptico, y es una
de las fuentes más importantes para el estudio del escepticismo porque
está escrito por un escéptico. La visión expuesta en
este libro es la que se ha se ha impuesto como referencia básica del
escepticismo.
- Sexto Empírico: "Contra los profesores". Madrid,
1.997. Libro también del escéptico Sexto que complementa el
citado anteriormente.
Estudios sobre el tema.
- A. Gallego Cao y T. Muñoz Diego: son los autores
de la introducción y la traducción del libro "Esbozos pirrónicos"
de Sexto Empírico. La introducción es un buen estudio, que
abarca todo el escepticismo hasta Sexto.
- ¿ Brochard, V: "Los escépticos griegos". Buenos
Aires, 1.945 ?
- VV.AA. "Mirar con cuidado. Filosofía y escepticismo".
Valencia, 1.994.
Tiene dos partes: avatares y tópicos. Es una obra de
varios autores y abarcan desde los comienzos hasta la actualidad.
Libros que se ocupan parcialmente del escepticismo.
- Bréhier, Emile: "Historia de la Filosofía".
Madrid, 1.988. (2 tomos). El autor es especialista en historia griega y helenística,
en este libro dedica un capítulo al escepticismo antiguo y parte de
otro al de los siglos I y II.
- Capelle, Wilhelm: "Historia de la filosofía griega".
Madrid, 1981. Este libro contiene también un breve capítulo
dedicado al tema.
- García Gual, Carlos e Imaz, María Jesús:
"La filosofía helenística". Madrid, 1.987. El capítulo
7 está dedicado al escepticismo.
- Long, Anthony A.: "La filosofía helenística".
Madrid, 1.987. Dedica el capítulo tercero al escepticismo del primer
periodo y al de la academia. Su autor es especialista en filosofía
helenística.
En inglés.
En inglés la bibliografía es bastante más
abundante. Sin otro ánimo más que el simplemente comparativo
y por si alguien tiene interés, reproducimos aquí la bibliografía
recopilada por Leo Groarke y recomendamos la lectura de su trabajo, que se
puede encontrar (al 15/09/2002) en: http://plato.stanford.edu/entries/skepticism-ancient/#Bib
Bibliography por Leo Groarke (lgroarke@wlu.ca).
Annas, Julia & Jonathan Barnes. The Modes of Scepticism:
Ancient Texts and Modern Interpretations. New York: Cambridge University
Press, 1985.
Barnes, Jonathan. The Toils of Scepticism. New York: Cambridge
University Press, 1990.
Burnyeat, Myles, ed. The Skeptical Tradition. Berkeley: University
of California Press, 1983.
Burnyeat, Myles. "Can the Sceptic Live His Scepticism?" In
Schofield, et. al., 1981; Reprinted in Burnyeat, 1983; and Burnyeat &
Frede, 1997.
Burnyeat, Myles & Michael Frede, eds. The Original Sceptics:
A Controversy. Indianapolis: Hackett Publishing Inc., 1998.
Carroll, Lewis. "What the Tortoise Said to Achilles." Copi
& Gould, Readings on Logic. New York: Macmillan, 1972.
Caton, Hiram. The Origin of Subjectivity: An Essay on Descartes.
New Haven: Yale University Press, 1973.
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Press, Loeb Classical Library, 1961.
Couissin, P. "The Stoicism of the New Academy." In Burnyeat,
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DeLacy, Phillip. "Ou Mallon and the Antecedents of Ancient
Scepticism." Phronesis 3 (1958).
Diogenes Laertius. Lives of Eminent Philosophers. 2 Vols.
R.D. Hicks. Loeb Classical Library. Cambridge: Harvard University Press,
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2 vols. Grand Rapids: Baker Book House, 1981 (reprint of the 1903 Clarendon
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Fogelin, R.J. Pyrrhonian Reflections on Knowledge and Justification.
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Fosl, Peter S. "The Bibliographic Bases of Hume's Understanding
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